NoticiasOpinión

Una Mirada desde el Balcón

La mirada desde el balcón, es una técnica usada en Mediación Familiar para mostrar los avances que han tenido las personas que eligieron participar de este proceso de resolución de conflictos, ello en relación con lo que les ha sucedido en sesiones anteriores; es decir, como han progresado en la búsqueda de encontrar por sí mismas una solución a la controversia que enfrentan.

Usamos este término, queriendo dar una mirada a la situación que vivieron las familias en el período más álgido de la pandemia, que, sumada a la crisis económica mundial, que ha afectado fuertemente a los países de la Región, de los cuales Chile no ha estado exento, terminó por crear un peligroso caldo de cultivo para las desavenencias familiares. Los niveles de tensión y desacuerdos entre las parejas fueron altos, agravados al verse obligados a vivir confinados en reducidos espacios urbanos, algunas veces albergando a otras personas o, incluso, estar ellos residiendo en calidad de allegados; todas estas circunstancias, hicieron que el frágil equilibrio que ya tenían algunas parejas desde antes de la crisis viral y económica, terminara por hacer caer las relaciones.

Frente a estas problemáticas, sólo existía, para superarlas, la decisión de un Juez, ello hasta que se creó el sistema de Mediación Familiar, donde un tercero imparcial, sin poder decisorio, llamado Mediador, ayuda a las partes a buscar por si mismas una solución al conflicto y sus efectos, mediante el logro de acuerdos. Este sistema lleva tiempo funcionando y ha demostrado su eficacia, ya que, toma en cuenta lo que desean los mediados, alivia la tensión entre ellos y, es más rápido que un juicio, donde “el enfrentamiento en el Tribunal sustituye al que ya existía en el hogar” y, crea, un abismo en la pareja que será muy difícil de cerrar, para que luego puedan continuar con sus vidas como seres individuales, pero también como padres, si es el caso.

Gracias a la Mediación, se han podido superar crisis familiares ocurridas durante este último período, más, este método alternativo y a la vez complementario a la decisión jurisdiccional, debe cuidarse, a fin que siga ayudando a las parejas a encontrar un rumbo después del quiebre, sobre todo cuando existan niños, niñas y adolescentes afectados.

Cuando hablamos de cuidar el sistema, nos referimos a mejorar el nivel de difusión, a fin que no existan barreras de información para los usuarios, que estos sepan los alcances legales de la Mediación y los acuerdos a los que pueden llegar, así como, que sucede y a quien acudir sino se cumplen los acuerdos, entre otros aspectos relevantes y, por lo demás, prácticos.

También, la adecuada preparación académica, teórica y práctica de los futuros Mediadores de Familia, es una pieza fundamental para seguir mejorando el sistema, lo cual es responsabilidad de los centros educacionales habilitados para impartir docencia y capacitación en materia de mediación, familia o infancia, así como de los propios profesionales del área, respecto a perfeccionarse continuamente. Misma obligación que pesa sobre los Centros de Mediación Familiar Licitados, en cuanto a mejorar continuamente la calidad del servicio prestado.

Rogelio Requena Berendique

Abogado

Magíster en Familia y Mediación

Deja una respuesta

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba