
Opinión: Jorge Condeza Neuber. Ingeniero Comercial. Concepción
Uno tiene la esperanza que las nuevas autoridades generen un cambio en la forma de hacer politica y que lo que han reclamado de sus contrincantes no se repita. Pero en Maipú, con autoridades jóvenes, se mantiene la poca transparencia, sobre todo en los asuntos financieros y contables.
El Alcalde Vodanovic anunció al asumir que le habían dejado el municipio quebrado y con 43.000 millones de déficit. Posteriormente fue rebajando el número a 34.000 y a 21.000 millones. Obviamente estas cifras millonarias llaman la atención ya que, de ser ciertas, implicarían largas filas de acreedores en la puerta del municipio, y una adulteración grandiosa de los documentos contables del municipio. Requeridos los datos, al amparo de la ley 20.285, de cómo se hicieron dichos cálculos, solo se ha recibido una constante negativa. Incluso uno de los fallos del Consejo de la Transparencia que los obligaba a entregar la información, ha sido reclamado de ilegalidad ante la Corte de Apelaciones.
Días atrás se informó, con bombos y platillos, que luego de 6 meses de gestión, habían reducido el déficit en 15.600 millones, y requerido el detalle de esta reducción, han indicado que 6700 millones fueron con proveedores, 5000 millones “reservados” para pagar deudas y casi 3900 millones de ahorro.
Claramente no hay tal rebaja del déficit ya que en el primer caso se negoció convenios de suspensión de pagos con 4 proveedores importantes (energía eléctrica- mantención jardines y recolección de residuos sólidos) y no pagar las facturas del último trimestre del 2021, y transformar eso en pagos a 6, 10, 20 y 31 meses. De los 6880 millones que no fueron pagados, 3,717 lo serán el año 2022, y han debido agregarse al actual presupuesto, y el saldo lo será entre el 2023 y 2024. Una buena medida para desahogar las finanzas del municipio, pero que mantiene el supuesto déficit ya que el gasto fue devengado.
Respecto a los 5000 millones, estos se referían única y exclusivamente a deuda exigible, esa que queda de la ejecución del presupuesto de un año y que debe ser pagada prontamente el año siguiente, por lo que no significa absolutamente ninguna reducción del déficit. Más aún, la deuda exigible total al 31 de diciembre era de 7.868 millones por lo que “faltaban” 2868 millones que considerar.
Todos estos datos generan dudas de cual es realmente la situación. Para agregar otro antecedente “extraño”, el cálculo de la caja disponible para el presupuesto 2022 alcanza la suma de 16.812 millones (según dato aportado por el Municipio) y, por lo tanto, considerando una deuda exigible de 7.868 millones, el municipio tendría 8.944 millones disponibles que no justificaría “chutear” el déficit contratando deuda con los proveedores hasta el 2024.
El déficit es una resta entre ingresos y gastos; y la contraloria entrega 4 o 5 fórmulas para su cálculo, que tienen interpretaciones e implicancias distintas. Si se quiere tener superávit hay que aumentar los ingresos o bajar los gastos, y con 3900 millones de rebaja, no se puede pasar en 6 meses de tener un déficit de 43.000 millones a una caja de 16.800 millones.
Hay un serio problema de control en el nivel municipal y eso involucra a los Concejos Municipales y a la Contraloría, debiendo obligarse que los delitos contables y financieros sean rápidamente puestos a disposición de la justicia para una persecución efectiva; y es urgente construir un sistema de control en línea que detecte todos estos casos con la anticipación debida. Y por cierto transparentar todo, absolutamente todo, ya que la negativa a entregar datos solo acrecientan las dudas y este ambiente de corrupción que no ayuda a nadie.
Opinión: Jorge Condeza Neuber. Ingeniero Comercial. Concepción