
Europa arranca 2025 sin gas ruso: Fin de un histórico suministro por la ruta ucraniana
Europa comienza el año 2025 enfrentando un panorama energético sin precedentes: la interrupción total del suministro de gas ruso a través de Ucrania. Este miércoles 1 de enero, tanto Kiev como Moscú confirmaron el cese definitivo del tránsito, luego de que expirara un contrato de cinco años firmado en 2019, que no fue renovado debido a la guerra entre ambos países.
La dependencia europea del gas ruso, que comenzó tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, llegó a su fin tras casi tres décadas de un flujo constante, pero vulnerable a tensiones políticas. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de 2022, el suministro se volvió intermitente, reflejando la magnitud del conflicto.
Reacciones de Kiev y Moscú
El ministro de Energía de Ucrania, Guerman Galushchenko, celebró la medida como un acontecimiento histórico, argumentando que Rusia está perdiendo mercados clave y enfrentará importantes pérdidas financieras. “Hemos interrumpido el tránsito de gas ruso. Es un hito histórico”, declaró en un comunicado oficial.
Por su parte, Gazprom, el gigante ruso del gas, confirmó el cese definitivo desde las 08:00 (05:00 GMT) de este 1 de enero. Durante el año 2023, el tránsito de gas ruso a Europa a través de Ucrania alcanzó los 14.650 millones de metros cúbicos, según cifras oficiales, reflejando la magnitud del impacto económico para Moscú.
Un golpe al mercado energético europeo
El fin del suministro ruso a través de la ruta ucraniana deja a Europa en una posición vulnerable, marcando un punto crítico en la transición energética del continente. En los últimos años, los países europeos han diversificado sus fuentes de energía, aumentando la importación de gas natural licuado (GNL) desde Estados Unidos, Qatar y otras regiones, pero el vacío dejado por el gas ruso plantea nuevos desafíos.
La guerra como detonante del cambio
La guerra entre Ucrania y Rusia, que está próxima a cumplir tres años, no solo fracturó relaciones diplomáticas, sino que también terminó por desmantelar acuerdos energéticos históricos. Desde el inicio del conflicto, Europa ha endurecido las sanciones contra Rusia y acelerado esfuerzos para desvincularse de su dependencia energética, lo que ha transformado radicalmente el panorama geopolítico global.
Este cese definitivo no solo representa un cambio en el mapa energético mundial, sino también un símbolo del costo económico y político que trae consigo una guerra prolongada.