
Gloria Ide, Directora Ejecutiva de IDGO Consulting Group
El Ministerio de Medioambiente está promoviendo un reglamento que permite movimientos transfronterizos de residuos peligrosos, el cual ya fue aprobado por el consejo de Ministros para la Sustentabilidad en Julio del 2022. Si bien está la intención de promover iniciativas en pro del medioambiente, se ignoran los peligrosos riesgos que esta acción tendría tanto para la comunidad como para el mismo ecosistema.
Las baterías de auto son un residuo altamente contaminante al contener plomo y ácido sulfúrico, generando una alta toxicidad al ambiente y las personas. Por tanto, con la apertura para la exportación e importación de residuos se violan las directrices del Convenio de Basilea y de la OCDE de fomentar y promover el manejo ambiental de residuos dentro de las fronteras del país.
Por ende, esta acción vulnera gravemente los principios de no regresión y progresividad en materia ambiental, principios plenamente reconocidos en nuestro ordenamiento jurídico. Así como también desincentiva la existencia de una industria nacional del reciclaje, destruyendo la economía circular relacionada al tratamiento de residuos. Lo que vendría a contravenir el Programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric que se definía como “ecológico”.
Viendo más allá de lo ambiental, este Reglamento conlleva potenciales riesgos económicos, ambientales y sociales, ya que la desaparición de la industria del reciclaje de residuos peligros en el país deja al Estado como responsable ante eventuales crisis en el manejo de este tipo de residuos, considerando que la contaminación no es, ni será jamás solo por el plástico como el greenwashing en muchos casos ha posicionado.
Y si somos realistas al analizar esta acción, debemos decir que nuestro país ha evidenciado que no posee herramientas para controlar las fronteras respecto de personas, menos aún podrá hacerlo en materia de residuos.
Lo que expongo revela una falta de consideración a estos aspectos en la regulación, más cuando estamos enfrentando problemáticas sociales muy vinculadas a salud y bienestar socio ambiental en nuestro país. Aprovechemos el capital técnico que existe en Chile para que las decisiones sumen al próspero desarrollo de nuestro país y no retrocedamos más.