La victoria de Donald Trump en las elecciones se puede analizar a través del lente del storytelling, especialmente en relación con el «viaje del héroe» o monomito, un concepto desarrollado por Joseph Campbell. Esta estructura narrativa ha sido utilizada durante siglos en historias épicas, y en el caso de Trump, se aplicó de manera efectiva para atraer y movilizar a una amplia base de votantes.
1. Narrativa de Héroes y Villanos
Uno de los elementos más poderosos del storytelling de Trump fue su capacidad para crear una narrativa de héroes y villanos. Se posicionó a sí mismo como el héroe outsider, un líder que venía a «rescatar» a Estados Unidos de los villanos, representados por políticos tradicionales, los medios de comunicación y las élites globales. Este marco simplificaba la complejidad política, transformándola en una historia fácil de entender y emocionalmente cargada.
La creación de esta dicotomía entre héroes y villanos permitía que sus seguidores se identificaran con la lucha del «héroe» Trump, viéndolo como un defensor de sus intereses y valores. Esta narrativa funcionó de manera eficaz porque apelaba a una necesidad humana básica de entender el mundo en términos de bien y mal.
2. La Llamada a la Aventura
El eslogan “Make America Great Again” fue la «llamada a la aventura» de Trump, invitando a sus seguidores a unirse a una misión nacional. Este llamado evocaba nostalgia por un pasado glorioso, un recurso emocional que resonó con muchos votantes que sentían que el país había perdido su rumbo.
La promesa de devolver la grandeza a Estados Unidos apelaba a los sentimientos de pérdida y descontento, motivando a los votantes a seguirlo en su cruzada para cambiar el curso de la nación. Esta invitación a ser parte de una misión mayor reforzó el compromiso de sus seguidores, haciéndolos sentir parte de una causa épica.
3. Uso de la Incongruencia
El estilo de comunicación de Trump rompió con las normas tradicionales. Sus discursos directos y, a menudo, polémicos crearon una incongruencia que contrastaba con las expectativas de cómo un político debería comportarse. Este enfoque disruptivo le dio un aura de autenticidad y frescura, diferenciándolo de los candidatos convencionales.
La ruptura con la corrección política y su lenguaje sin filtros hicieron que muchos votantes lo vieran como un líder genuino, alguien que decía lo que pensaba sin preocuparse por ser políticamente correcto. Esta percepción de autenticidad fue un factor clave en su capacidad para captar la atención y lealtad del público.
4. Narrativa de la Superioridad
Trump también construyó una narrativa de superioridad para sus seguidores, quienes eran presentados como los «verdaderos americanos» que habían sido ignorados por las élites. Este marco narrativo les proporcionaba un sentido de pertenencia y empoderamiento, destacando que estaban en una lucha justa contra un sistema corrupto.
Al elevar a sus seguidores como defensores de los valores auténticos de Estados Unidos, Trump creó una conexión emocional profunda, fortaleciendo la identidad de su base y motivándolos a participar activamente en su movimiento.
5. Apelación Emocional
El storytelling de Trump estaba repleto de apelaciones emocionales. Utilizaba el miedo para alertar sobre amenazas externas e internas, la esperanza para prometer un futuro mejor, y la indignación para movilizar a sus seguidores contra lo que percibían como injusticias. Esta estrategia emocional permitió que sus mensajes resonaran en un nivel más profundo, generando una conexión personal con los votantes.
Las historias que contaba sobre el estado de decadencia del país y sus promesas de cambio apelaban directamente a los sentimientos, haciendo que sus seguidores se sintieran vistos y escuchados.
Un Triunfo del Storytelling Efectivo
La victoria de Donald Trump en las elecciones puede entenderse como un triunfo del storytelling. Su habilidad para construir una narrativa épica, con héroes, villanos y una misión, fue crucial para movilizar a millones de votantes. Al hacer una llamada a la aventura, desafiar las normas políticas, empoderar a sus seguidores con un sentido de superioridad y apelar a las emociones humanas, Trump logró conectar con su audiencia de una manera que trascendió la política tradicional.
Este enfoque narrativo transformó su campaña en un movimiento, capturando la atención de los medios y generando un compromiso apasionado entre sus seguidores.